El rey Felipe VI dedica su discurso de Navidad a la convivencia, frágil y esencial para evitar la polarización. Aborda la crisis de confianza que alimenta extremismos, radicalismos y populismos, y el malestar social por el coste de la vida, la vivienda e incertidumbre tecnológica. Las reacciones políticas varían: el PSOE enfatiza la corresponsabilidad; el PP, una España sin muros; SUMAR lo halla complaciente; Podemos, crítico; y los independentistas lo tachan de extremista. Un analista elogia el discurso por su estructura y temas clave como la convivencia, confianza social e institucional, y la memoria de la Transición.

En el ámbito internacional, el Papa Francisco pide paz para Gaza y Ucrania en su primera misa de Navidad. Zelenski denuncia nuevos ataques rusos y expresa su deseo de que Putin perezca.

La Navidad en pequeños pueblos españoles se vive de forma comunitaria. En Fago (Huesca), vecinos celebran con asados, tranquilidad y nieve. Tajueco (Soria) organiza la decoración del árbol con niños y "champanada" con villancicos. En Alba de Cerrato (Palencia), la calma y el bar local unen a familias y vecinos con "chocolatadas", reforzando costumbres.